En un momento donde la salud y la sostenibilidad son dos pilares clave de nuestro bienestar, es lógico preguntarse si es posible cuidar la visión sin generar un impacto negativo en el entorno.
La respuesta es sí. Con algunos gestos conscientes y decisiones informadas, podemos adoptar hábitos que protejan tanto nuestros ojos como el planeta. Aquí te compartimos algunas claves para avanzar hacia una salud visual sostenible.
1. Revisa tu visión con regularidad
El primer paso para cuidar la vista de forma responsable es acudir a revisiones periódicas. Una visita anual al óptico permite detectar a tiempo la presbicia u otras alteraciones visuales que pueden pasar desapercibidas si no se controlan.
Detectar cualquier cambio en la visión de forma temprana no solo mejora la calidad de vida, también evita la compra innecesaria de productos no adaptados.
La prevención es, también en este caso, una forma de sostenibilidad.
2. Evita el uso continuado de gafas pregraduadas
Las llamadas «gafas de farmacia» pueden parecer una solución rápida, pero su uso continuado no siempre es lo más recomendable.
No están diseñadas para tu visión específica, y pueden generar fatiga visual, incomodidad o incluso dolores de cabeza.
Optar por unas gafas bien ajustadas —y si es posible, elaboradas con materiales sostenibles— no solo mejora tu bienestar visual, también apoya un consumo más consciente.
3. Elige materiales sostenibles y duraderos
Hoy más que nunca, hay alternativas que permiten elegir sin renunciar a tus valores.
Busca gafas fabricadas con materiales reciclados, biodegradables o de bajo impacto ambiental. Algunas marcas reutilizan redes de pesca, plásticos posconsumo o acetato ecológico.
Pero no basta con el material: verifica también el compromiso real de la marca. Transparencia, trazabilidad y procesos éticos son claves para distinguir lo sostenible de lo que solo parece serlo.
4. Cuida tus gafas para alargar su vida útil
La durabilidad también es una forma de sostenibilidad. Unas gafas bien cuidadas pueden acompañarte durante años.
Guárdalas en una funda protectora. Límpialas con productos adecuados. Evita dejarlas expuestas a temperaturas extremas o superficies rugosas.
Y si algo se rompe, valora reparar antes que sustituir. Algunos fabricantes ofrecen servicios de mantenimiento y recambio, prolongando su uso y reduciendo el desperdicio.
5. Participa en la economía circular
Más allá de lo individual, cada gesto puede contribuir a un sistema más justo y equilibrado.
Algunas marcas recogen monturas usadas para darles una nueva vida. Otras transforman materiales recuperados en nuevos productos.
Apoyar estas iniciativas significa cerrar el ciclo de consumo de forma responsable, reduciendo residuos y apostando por un modelo que genera valor en lugar de desperdicio.
Mirar con otros ojos
Cuidar la vista no tiene por qué implicar consecuencias negativas para el entorno.
Al contrario: puede convertirse en una oportunidad para elegir mejor, consumir de forma más consciente y apoyar a quienes trabajan por una producción más responsable.
Porque ver bien es importante.
Pero ver con intención puede marcar la diferencia.
#WhatReallyMatters