La presbicia es una condición visual que aparece de forma natural con el paso de los años. A partir de los 40 o 45 años, muchas personas empiezan a notar que leer un libro, usar el móvil o enfocar letras pequeñas se vuelve menos cómodo. No se trata de “ver mal”, sino de una necesidad de apoyo para mantener la funcionalidad en la visión cercana.
Esto ocurre porque el cristalino, la lente interna del ojo, pierde elasticidad con el tiempo. Su capacidad para cambiar de forma y enfocar a diferentes distancias se reduce, y eso nos lleva a necesitar una ayuda externa. Las gafas de presbicia cumplen precisamente esa función: son una solución eficaz, discreta y cotidiana.
Muchas personas viven este cambio con cierta sorpresa, incluso reticencia. En una cultura que asocia nitidez visual con juventud, asumir la presbicia puede parecer un pequeño reto. Pero aceptarla con naturalidad es también un acto de madurez visual: entender que el cuerpo evoluciona, y que adaptarse forma parte de vivir con conciencia.
Las gafas de lectura pueden parecer productos de bajo impacto, pero su ciclo de vida deja una huella que no siempre se percibe. La industria óptica tradicional depende en gran medida de materiales como plásticos derivados del petróleo, metales tratados y procesos industriales intensivos.
A menudo, su fabricación implica cadenas de producción largas, envíos a gran escala y embalajes no reciclables. Al final de su vida útil, muchas gafas terminan en vertederos o incineradoras, sin posibilidad real de reciclaje. Es un modelo que se ha repetido durante décadas, pero que ya no se sostiene ante la urgencia climática.
Cada año, millones de personas compran gafas sin pensar en su origen o su destino. Esa suma tiene un peso considerable. Sin embargo, hay propuestas que están abriendo otra forma de mirar, con alternativas más responsables.
En los últimos años, han surgido opciones que apuestan por una producción diferente. Las gafas de presbicia sostenibles están hechas con materiales como plásticos reciclados, redes de pesca recuperadas o acetato ecológico. Son recursos que, en lugar de convertirse en residuos, encuentran una nueva función.
Pero la diferencia no está solo en el material. Muchas de estas gafas se fabrican de forma local y artesanal, con procesos más pausados y humanos. Esto permite reducir la huella logística y garantizar una mayor trazabilidad. No se trata solo de estética o calidad: es una elección ética.
En Matters, llevamos esta visión más allá. Cada gafa nace del deseo de reducir el impacto ambiental, combinar diseño y sostenibilidad, y ofrecer productos que cuiden tanto la vista como el planeta. Porque los gestos cotidianos también pueden sostener grandes ideas.
Incorporar unas gafas sostenibles al día a día no implica renunciar a nada. Al contrario: añade un valor profundo a un objeto funcional. Ver bien puede ser una acción cargada de significado, una forma de coherencia entre lo que necesitamos y lo que defendemos.
Cada vez que usamos gafas, repetimos un gesto. Y si ese gesto va en línea con nuestros principios, se convierte en algo más: una forma de estar en el mundo. De cuidar del presente sin olvidar el futuro.
Cuidar la salud visual es cuidar la vida que tenemos delante. Pero hacerlo con materiales responsables también es cuidar lo que dejamos detrás. Una manera de ver mejor… y mirar más lejos.
El cambio no es solo responsabilidad del consumidor. Las marcas también debemos cuestionar cómo producimos, cómo comunicamos y qué dejamos tras cada decisión. Apostar por la economía circular, por acciones sociales y productos duraderos ya no es opcional: es urgente.
En Matters trabajamos desde esa convicción. Sabemos que lo pequeño también cuenta, y que los cambios sostenidos en el tiempo pueden generar una diferencia real.
Por eso nuestras gafas no solo enfocan letras. Enfocan ideas. Enfocan un modo de vivir más consciente, más amable, más conectado con lo que importa.
#WhatReallyMatters
Especialista en salud visual y sostenibilidad
Optometrista con experiencia en diseño de producto responsable, Clara forma parte del equipo de Matters desde sus inicios. Investiga cómo unir salud visual y compromiso ambiental, y colabora en el desarrollo de gafas fabricadas con materiales reciclados.
